Estabilidad financiera y bienestar económico-social
Luis Felipe Céspedes Consejero del Banco Central de Chile
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Luis Felipe Céspedes
Bernanke, Diamond y Dybvig recibieron el Premio Nobel de Economía en 2022 por su significativa contribución a la comprensión del papel que los bancos juegan en la economía. El trabajo por el cual Bernanke fue galardonado apunta a que la Gran Depresión no sólo fue el resultado de una insuficiente inyección de liquidez por parte de la Reserva Federal (hipótesis Friedman-Schwartz), sino también el resultado de un profundo deterioro en la capacidad del sistema bancario para proveer crédito a la economía.
Evitar crisis financieras y reducir la volatilidad macroeconómica asociada a las fricciones financieras, son tareas fundamentales para los bancos centrales y se resumen en el objetivo de velar por la estabilidad financiera. Los costos en materia de bienestar social de la inestabilidad financiera son significativos. La crisis bancaria de Chile en los ochenta es un ejemplo nítido de los altos costos económicos y sociales que este tipo de situaciones genera.
“El costo en bienestar social de la inestabilidad financiera es significativo. El IEF del segundo semestre indica que la banca local cuenta con liquidez, provisiones y capital suficientes para enfrentar escenarios de tensión severos”.
Desde esa crisis, nuestra regulación financiera ha sido robustecida de manera significativa y ha seguido siendo fortalecida a través del tiempo. La ley que refuerza la resiliencia del sistema financiero, recientemente aprobada en el Congreso, es un ejemplo en esta dirección. El FMI caracterizó hace poco al sistema financiero chileno como resiliente, con bancos que cuentan con niveles de capital y liquidez adecuados. Pero lo cierto es que resguardar la estabilidad financiera es una tarea continua.
Un instrumento clave en la evaluación y comunicación del estado del sistema financiero es el Informe de Estabilidad Financiero (IEF), que contiene la visión del Banco Central de Chile sobre la capacidad de adaptación a situaciones económicas adversas, adecuadamente.
El IEF del segundo semestre de 2023 indica que la banca local cuenta con liquidez, provisiones y capital suficientes para enfrentar escenarios de tensión severos. No obstante, señala que al igual que el resto de los agentes de la economía, es importante continuar fortaleciendo sus capacidades para enfrentar potenciales eventos adversos, desafíos asociados al vencimiento de las políticas de apoyo adoptadas en pandemia, el aumento del riesgo de crédito y la convergencia a Basilea III.
Un nuevo instrumento con el que cuenta el Banco Central para velar por la estabilidad financiera corresponde a la potestad de activar un requerimiento de capital de carácter contracíclico a la banca, cuyo objetivo es que los bancos acumulen capital adicional que pueda ser liberado en situaciones de disrupción financiera relevante, contribuyendo de esta forma a estabilizar el flujo de crédito.
En su más reciente Reunión de Política Financiera, el Consejo del Banco Central mantuvo este requerimiento en 0,5% de los activos ponderados por riesgo de la banca. Esta decisión se basó en el hecho de que el aumento de los riesgos externos mantiene vigente la posibilidad de un evento negativo extremo, que implique una disminución significativa del crédito. Y es precisamente en este tipo de contextos que contar con una herramienta que pueda mitigar la pro-ciclicidad del crédito a hogares y empresas puede ser muy valioso en términos de bienestar económico y social.